viernes, 25 de octubre de 2013

Inflación (parodía)


Para muchos de los niñ@s pobres -más del 80 por ciento en la República Mexicana- es un lujo y hasta un símbolo de status acudir a un establecimiento de comida rápida, principalmente los McDonald´s y Kentucky, que como plagas desplazan a las tradicionales comidas caseras, pues su éxito está basado en la voraz influencia de la mercadotecnia, que destaca el efímero poder adquisitivo e inmediatez que impera en el presente siglo XXI, donde por un lado el estereotipo de vida publicitaria, contrasta mucho con la oferta consumista del mercado, como es el caso del total de los productos estéticos que se publicitan para hombres y mujeres, donde los moldes son de una talla escultural que muy pocos pueden presumir, comparado con el inflacionario presunto-nice estilo de vida que muy pronto nos colocará en el personaje principal del documental de Morgan Spurlock, titulado: Súper engórdame.

No obstante del respeto y favoritismo de los contrastes de toda índole, principalmente del peligrosísimo hemisferio derecho cerebral.



miércoles, 23 de octubre de 2013

Explicito


Nos hemos acostumbrado a la indiferencia, que en muchas de las ocasiones nos cuesta trabajo distinguir entre lo real e irreal, al grado de creer que como sociedad cada día somos más vanguardista; sin embargo, -creo- la mercadotecnia, sobre todo, la televisión, refuerzan la teoría del marcantilismo-político, de la supervivencia del más rico, fuerte y poderoso, dejando en segundo y hasta último plano, la alimentación del alma por medio de las artes, aunque éstas, en algunos de los casos nos refugian en submundos que nos sumergen en realidades aún más irreales.

Lo anterior, respecto a la reflexión de la obra literaria en mis manos, El pintor que escribía, de L. Wierzchowski, donde el personaje principal, el pintor Antonio Belluci, refugiaba la soledad de su amor ajeno e interno, aparentemente, en los trazos que plasmaba en sus lienzos, empero, lo revelaba aún más cuando escribía detrás de ellos.

martes, 22 de octubre de 2013

"Los primeros perros"

-Con el estrés y el caos de la ciudad, no alcance a entrar al vagón del Metro.

-Releí el cartel de la convocatoria para el Concurso Nacional de Cuento Campirano, organizado por la Universidad Chapingo; por la noche cuando llegué a casa, escribí: Los primeros perros.

- Lo primero que hice con el premio, fue comprarme un calentador solar, posteriormente pagaré deudas.

-El estrés y la presión los liberó leyendo.

Lo que narró el policía del DF, Erick Josué Arenas, ante al acoso de los medios en la difusión del galardón del premio Nacional de Cuento Campirano.

Después de escuchar la historia de Los primeros perros, qué chingón título, pensé.



jueves, 30 de mayo de 2013

"El Roto"

Aprovecho que rueda una de sus artesanías e impido que caiga a la coladera, para sentarme junto a él.

Tengo que estar alerta de los policías porque en cuanto pueden me arrebatan mi mercancía, me advierte, a lo que gesticulo: upssss, pues no sé qué responder.

Arremete: vengo desde Naucalpan, y cada vez se vuelve más difícil que te dejen vender estos cabrones, con la vista fija al palacio de gobierno y los uniformados que lo rodean.

¡Sabes!, cuando llegue al DF pagaba una renta de 15 mil; o sea, 15 pesos; y, antes que me permita preguntarle si ahora tiene vivienda propia, alza su esculpida y agrietada mano derecha con el dedo índice apuntando al cielo, para enfatizar que ahora son mil 300 lo que le cobran.

Cuando le pregunto por su familia, responde: En el 80 murió mi esposa, pero me enteré 20 días después porque estaba en Houston-Texas y las comunicaciones no eran como ahora. Con una tímida sonrisa continúa su relato: Soy del 39 y, “gracias a Dios”, en el 89 encontré una mujer de 21 años, con la que tuve cuatro hijos más, de los tres que ya tenía, por cierto, dos gemelitos que quedaron de 2 años y medio cuando murió su madre. Y, con la actual aún vivo muy feliz, destaca.

Oiga, entonces cuál es el éxito del amor, le pregunto. 

Intuye que me refiero al doblete de edad que le aventaja a su pareja, y responde: Consentirla y vestirla siempre bien, siempre, aunque yo ande todo roto y con las nalgas por fuera, finaliza.

Por cierto, cómo se llama. Como nací en domingo, me dicen Mingo, a la vez que me enseña una credencial de la tercera edad, donde descubro que su verdadero nombre es Valente, nacido, efectivamente, el 39, en Acapulco-Guerrero.