Después de un rato de ausencia en
este medio, pero no del contexto informativo crítico ni de la literatura
universal, he de confesar que me había prohibido dejar de publicar en el
presente espacio; sin embargo, la responsabilidad familiar-social me ha
orillado en otros menesteres no de menor calidad ni inspiración que la profesión que elegí como fuente de oxigeno y alimento. Pues...
... desde hace un rato quería señalar la triste
salida del señor Calderón, quien lejos de dejar y prometer un México seguro y
próspero, huye a los Estados Unidos so
pretexto de un contrato para dar ponencias que ensalcen su lamentable trayectoria
al frente de nuestra nación, pues a pesar que varios especialistas advierten que
es muy pronto para hacer una evaluación, muchos de ellos le auguran una negra
página en la historia de México. En tanto,
entre estudiantes de Harvard y algunos artistas, circula un
documento que rechaza que el señor Calderón continúe con su estrategia de
muerte en recintos de docencia.
En otros temas, también tengo
pendiente citar la influencia de las artes en la vida diaria y cotidiana, como
lo demuestra la fascinante obra literaria que lleva como título El
pintor de Cracovia, de Joseph Brau, quien gracias a sus dotes artísticos que
fluyen del pulso de su mano, sortea la lamentable vida en un campo de
concentración Nazi en Paszow, durante la segunda guerra mundial. El artista narra la
crueldad de los SS, burlada a través de la imaginación y creatividad que lo inspiran a mirar la vida
desde otra perspectiva. En realidad que es sensacional toparse con otras
realidades, pues ya lo diría Kafka: La literatura es una expedición a la
verdad (Mirar a través de los otros).
Deseo de Año Nuevo: Inspiración y pulso para no dejar de publicar.
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