miércoles, 18 de abril de 2012

Bestias criminales


Cada día me doy cuenta que soy más ignorante e ingenuo de lo que creía pues en el transcurso que llevo leyendo e investigando sobre la especia animal que más admiro y venero, hasta ahora, gracias a un idiota, me entero que por más de medio millón de pesos la caza a balazos de elefantes está permitida en un rincón del marginado África.

Qué indignante enterarse de las ociosidades de los ricos; disparar irracionalmente contra uno de los últimos reductos de la extinción animal: el elefante. Más indignación, que el pendejo que es llamado “rey” de España, Juan Carlos, y que según la ONG, es el presidente de una organización en pro de la conservación de la naturaleza, se gaste en 15 días, tirando balazos a elefantes, más de lo que un empleado en España puede juntar en un año.

No entiendo en qué consiste eso de la realeza en Europa, pero en realidad que me parece una pendejada, no obstante que con los gastos de los políticos es más que suficiente, como para cargar todavía con los gastos de otros zánganos. En ocasiones me creía asombrado por el nivel político y cultura de Europa, que sin duda que lo hay; sin embargo, en la mayoría de los asuntos el tema político es un hervidero de porquerías, como lo han demostrado el ex mandatario de Italia, Francia, Inglaterra, y la misma España, con el apoyo material y humano a la guerra contra las armas nucleares que nunca existieron en Irak.

Aún recuerdo que cuando veía por Tv de paga (porque en Azteca y Televisa pasan puras porquerías) los documentales respecto a las características de los elefantes, sus conocimientos hereditarios los relacionaba con el de los aztecas, que como lo cuenta el historiador León Portilla, se hacían de forma emperica y no documental, a fin que perdura de generación en generación; empero, con la invasión de los españoles a la gran Tenochtitlan la tradición se fue perdiendo, como en la actualidad muchos elefantes pierden la vida en África, también a manos de españoles.

Es aberrante que la especie animal humana malgaste los recursos económicos disparando contra un animal tan extraordinario como lo es el elefante, quien es capaz de detectar agua a muchos kilómetros de donde se encuentre solo con el movimiento de sus patas, o contra quien posee una de las memorias más privilegiadas, o, quien tiene la dignidad de morir cuando considera que es necesario, para no convertirse en una carga para sus compañeros.

Ojalá que quien en la vida privada mata lo que en la vida pública defiende, sea destituido de su cargo y reciba un castigo ejemplar; asunto que no sucederá, pero no olvidemos que la “venganza” animal existe, como Patricia Highsmith lo describe en sus extraordinarios cuentos que aparecen en su obra Crímenes bestiales, que fueron motivo de inspiración para el presente título, y de concientización para  la dignidad de los animales.

Muy cierto una de las frases con la que finalizó su columna semanal el escritor Xavier Velasco: Los elefantes son animales inteligentes; no hay modo de explicarles la estupidez humana, menos aún la falsa nobleza.