miércoles, 2 de febrero de 2011

Diviértete leyendo

Confieso mi filiación apartidista, por las buenas y degeneradas intenciones que noto de la partidocracia en materia de educación en nuestro México lindo y querido. La cosa es que la SEP izó su bandera de concientización con fines perversamente políticos en víspera del año presidencial, camuflajeada por el Consejo de la Comunicación, en la campaña Diviértete Leyendo, con inversión de 500 millones de pesos, para que los chavales se inicien en el mundo de las letras, según. Diría la filosofía popular que, “no se da paso sin huarache”.

La penosa cifra de tres libros por año que se chuta cada nacional es la punta de lanza de la bonachona y enmascarada campaña, que pretende promover lecturas diarias en la escuela, y otras más en casa, incentivadas por alguna llave maestra del Místico.

El asunto no es para menos, pero nunca faltan los mal pensados que auguran ver algo turbio en los contubernios políticos, sobre todo en el cierre de administración sexenal. Solo esperemos que en esta ocasión la lectura no se haga en horario rating por algún simpático conductor del canal de las estrellas que ponga en evidencia la precariedad literaria de población, y el brutal esfuerzo del majo Lujambio (SEP), para cultivar a los que están en posibilidades de votar y saben menos que un niño, en donde Todo el mundo cree que sabe.

Pero tampoco faltan los bien intencionados que convierten lo literario en primavera, como es el caso de una escuela municipal en Santa Catarina, Brasil, donde los pequeños estudian todas las asignaturas a través de un método natural, renombrando cada flor con una letra del alfabeto, y en la cúspide de cada una de ellas, se coloca una poesía. Las matemáticas se aprenden con la construcción de una zona para el cultivo de un huerto, cuyos frutos van a la cocina de su escuela, Hermann Müller. El proyecto revolucionario que tiene el objetivo del amor y libertad a la naturaleza, es apoyado por la Secretaría de Educación de ese país, con el argumento docente, “cuando los niños entienden y aman el lugar en que nacen, al crecer se vuelven ciudadanos comprometidos con el lugar de sus raíces”… Los pequeños cuando regresan a su hogar y observan aves enjauladas, cantan a sus tutores para su liberación.

El viejo borracho
Éste tipo de educación inyecta oxígeno a la literatura, dando vida a personajes como Chance, de Jerzy Kosinski, en su obra Desde el jardín. Chance es un tipo que las dos primeras décadas de su existencia permanece aislado de la sociedad, junto a un jardín, que procura con ahínco, por su presunta enfermedad mental. Cuando su tutor muere, queda a la deriva y ocasionalmente la esposa de un funcionario aflora su cultivado lenguaje que ha aprendido a través del proceso natural, como metáfora de la vida, aseverando que todo florece después de marchitarse, siempre que se le pode y riegue cuando corresponde, como a un jardín, que crece y se marchita, para renovarse con más vigor.

No cabe duda que la voluntad política para el desarrollo de una nación es la bujía que genera la chispa de arranque, y no enmascaradas inversiones.

1 comentario:

  1. Que onda FILO como andas?... espero que bien
    esta chido el blog, sugiero que recomiendes algunos libros.

    Saludos

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