jueves, 15 de diciembre de 2011

México bárbaro

  • México corrupto
La corrupción en nuestro país en un lastre que se viene arrastrando desde hace mucho, al grado que se ha convertido en un trámite más para concluir casi cualquier proceso administrativo, como hace poco que llevé a verificar un auto que no es de mi propiedad: confiado en que un experto había verificado las condiciones del vehículo, decidí pasarlo sin pagar el famoso brinco; sin embargo, el holograma requerido para su circulación diaria me fue negado, debido a unos muy pocos puntos que rebasaban la emisión de  humo, a pesar que visiblemente otros carros en malas condiciones sí aprobaban la prueba.  Tuve que platicar con el gerente y explicarle que ya había verificado las condiciones mecánicas del auto. Después de meditarlo me extendió un vale de 170 pesos que tuve que pagar en la caja para que el vehículo nuevamente fuera sometido  a la prueba, con saldo, ahora sí favorable.

 La semanada anterior, nuestro país fue vergonzosamente calificando por Transparencia Internacional con un horroroso 3 en asuntos de corrupción, en una escala de 1 a 10, donde diez es el menos corrupto, y 1 el más corrupto.  En un rango de 150 a 160 países, ocupamos el lugar número 100; o sea, muy cerca de los países más corruptos del orbe. El análisis señalaba que la última década de administración PANista, en vez de mejorar, hemos empeorado, a pesar que los salarios de los altos funcionarios se han incrementado, como es el caso del licenciado Calderón, quien recientemente se publicó que es el “presidente” mejor pagado del mundo, por arriba de Barak Obama, Angela Merkel, y otros mandatarios que gobiernas naciones desarrolladas y sustentables, como no es el caso de nuestro baleado y ensangrentado México.
La calificación reprobable de nuestra nación frente al mundo, tiene sentido después que nuestra clase política empieza a revelar su abismo de ignorancia respecto a temas trascendentales y fundamentales del día a día de la población general; ejemplo, no poder citar por lo menos un libro que haya marcado su trayectoria profesional, o, ignorar el costo de la canasta básica, a la que ocupan como estandarte de bandera cundo quieren roer un nuevo hueso del erario.

El costo social de la ineficacia política en nuestro país, recae en la parte más vulnerable de la población, favoreciendo a quien más dinero invierta en la artimaña para chingar al prójimo. En los últimos días dos valedores han sido víctimas del lastre de la corrupción. El primer de ellos tuvo que recatar a su pareja del MP, antes que fuera consignada al reclusorio femenil, pues infamemente fue acusada de haber hurtado cosméticos de una tienda Walmart, después que en la salida del centro comercial fuera despojada del tiket de compra y amedrentada por policías; tuvo que soltar cerca de 20 mil para evitar la infamia. El segundo, es un amigo a quien estimo mucho y a quien le tengo un gran aprecio, no solo por su trayectoria profesional, sino también por su labor social. Me enteré que fue acusado de extorsión por tipos que tienen antecedente delictivos con ingreso a diferentes reclusorios por la modalidad de robo. Sin embargo, los dichos de los hampones, a pesar que no son imputaciones directas, lo han mantenido más de tres meses tras las rejas. Se prevé –y ojalá así sea- que en los próximos días salga absuelto, siempre y cuando los de por sí lentos trámites burocráticos, no se demoren aún más, para dejar de pagar los 5, 10, 15 y hasta 300 pesos, para poder comer, correr, recibir visita, entre otras cosas, al interior del R. Oriente.
Hace 100 años en un libro se documentó el México Bárbaro de esclavitud y corrupción de ese entonces, encabezado por Porfirio Díaz; la obra fue escrita por el periodista John Turner. En pleno siglo XXI, la obra puede ser leída como el México contemporáneo, con la nueva modalidad de las tiendas de raya, convertidas en tiendas de autoservicio y sucursales bancarias… Por fortuna, la obra de Turner es leída en primaria (debería de ser obligatoria); me consta porque una sobrinita me cuestionó al respecto. Sin embargo, el libro no es recomendación de la SEP, sino acierto de su profesor.

Con aprecio y admiración a mi amigo JCRC, El Tío.

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