miércoles, 2 de marzo de 2011

Mutilación al razonamiento

La mayor virtud que tiene el ser es la duda, decía mi profe de filosofía del heroico politécnico del nivel medio superior. Ése que trataba de imitar a Marx, con su desatendida cabellera a medio coco y su blanca y tupida barba, con dos que tres nudos, que le ganó el mote del Chivo, entre la precoz banda estudiantil que poco estimaba su esfuerzo por el razonamiento revolucionario del proletariado contra el abuso del capitalismo, o, la reflexión crítica permanente de Gramsci, que lo elevaba a su mayor éxtasis retórico.

No entendía del todo que en la lista de materias del Poli apareciera la asignatura de filosofía e historia, junto a las de algebra, química, física y otras del ramo industrial. Tampoco por qué el profe -El Chivo-, portaba con orgullo su chamarra en piel con la leyenda del poético grupo Los Tigres del Norte.

Al cierre del siglo pasado, en víspera de la llegada de Fox a la silla que en alguna ocasión rechazó Zapata y con orgullo ocupó Villa, me estimulaba que un tipo botudo con el “sentir nacional” fuese a gobernar el país y sacar al dinosaurio empotrado en el poder desde hacía más de siete décadas. Sin embargo, al transcurrir sus días de administración se me imaginaba más al sujeto que se pierde a las primeras de seducción de una dama y que acaba embriagado junto a un cactus en el terreno más desértico de la tierra. La hipótesis de la tiranía en el poder se volvía a confirmar, a pesar del cambio de más de medio siglo que se anhelaba-esperaba, y una de las primeras coartadas contra la memoria se empezaba a gestar, con la reducción de horas a la docencia en el ramo de historia; es decir, la mutilación a la diversidad cultural de nuestros hermanos indígenas creyentes de Quetzalcóatl y Huitzilopochtli, que tanto esfuerzo de más de media vida  le ha dedicado el maestro León-Portilla, además, del entendimiento de nuestra pasado, sólo a partir de la independencia, al simulacro del cambio contemporáneo.

Ya entrados en la segunda administración panista, que en términos estudiantiles es la que estamos cursando, se promovió la Reforma a la Educación Media Superior, con la que se eliminó del bachillerato las asignaturas de ética, lógica, estética e introducción a la filosofía, y se pretende disminuir las relacionadas con humanidades, que en gran medida nos alimentan durante la adolescencia a la insubordinación futura contra los abusos que El Chivo ya presagiaba y para lo cual nos preparaba. De la misma manera, en este grado, o administración, se sigue desalentado a la desatendida educación pública, con la deducción de impuestos en el pago de colegiaturas en escuelas privadas, de donde son egresados, el equipo principal del residente de Los Pinos.

Ante la medida, desde una trinchera de esta urbe con sede en la UNAM, un grupo estentórea para que la estocada retrograda-tóxica dimita desde el pódium del poder, a fin de seguir evitando la milenaria reducción del celebro, que recientemente descubrieron antropólogos y científicos gringos, ante la falta de la inteligencia y razonamiento  de muchos, que es sustituida por unos cuantos, como el creador de Facebook, entre otros pocos, como el internet y la tecnología. 
 
Al recordar el mensaje del Chivo plasmado en la parte posterior de su chamarra con letras amarillas en contorno rojo, comprendo su épico esfuerzo por sembrar la semilla de la reflexión ante marejadas de fuertes vientos con amenaza para encallar, palpitando en mi mente la más  reciente censura del poder en turno contra el tema La Granja del histórico grupo musical, que hace referencia al pantanoso terreno nacional.

“Para entender a México –un país trágico y feliz- es necesario escuchar la música de Los Tigres del Norte y no a los intelectuales más destacados; la canción norteña es la que mejor ha definido a esta nación tan contrastante. Ellos son los novelistas que trabajan para un público masivo, pero no son artistas endiosados”, diría el escritor Arturo Pérez Reverte, autor de La Reina del Sur.

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