jueves, 7 de abril de 2011

Marcha por la Paz

Quince minutos pasadas las 17 horas, cuando un contingente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) mostraba el filo de sus machetes a los automovilistas que circulaban sobre avenida Juárez, frente a la librería Gandhi, partió la marcha en Solidaridad con Sicilia, de las puertas del Palacio de Bellas Artes a la Plaza  de la Constitución.




La inmediatez de la convocatoria se percibía en las cartulinas que se portaban en blanco, tomando vida sobre el apoyo del asfalto para trazar las leyendas del sentir social, como el Hasta la madre, de Sicilia; el No + violencia, de Rius; y, el nacional, que renuncie Calderón.




El ejército… de niños, adolescentes y adultos, que rememoraba la resistencia contra los franceses, partió sobre 5 de Mayo, y en lugar de empuñar armas, sostenían mensajes gráficos que salían del corazón en un tinto rojo, a fin de solicitar que el fuego de las balas pare de derramar sobre el territorio nacional la sangre de nuestros hermanos, hijos, amigos…


Al arribar frente al  Zócalo de la capital, el contigente dio media vuelta a la explanada, para pasar frente a la sede del gobierno local, posteriormente, frente a la del federal, donde, de forma simbólica, los que marchaban por la Paz, dieron la espalda a Palacio Nacional, para ofrecer su letanía poética en momería de los que ya no están, a consecuencia de la guerra que se inventó el PAN.




En su turno, el dramaturgo Poco Ignacio Taibo II, aseveró que los ninis son lo que están en Los Pinos: ni gobiernan ni trabajan.



  






Durante largo tiempo, el contingente permaneció escuchando y apoyando a cada uno de los ponentes en el estrado que se improvisó frente a Palacio Nacional, hasta entrada la noche, cuando se decidió montar un altar con veladores de diferentes tamaños y colores, en memoria de todos los que han sido "bajas colaterales" de la guerra contra el crimen, que el gobierno en turno utilizó para legitirmarse tras la derrota del 2006.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario