jueves, 23 de junio de 2011

Reunión de dolor e impunidad

El intercambio de argumentos escritos entre el poeta Javier Sicilia y Felipe Calderón en el Castillo de Chapultepec de nada servirá, como desde un inicio lo advirtió Sicilia; sin embargo, dijo que “se acepta porque es fundamental como práctica de la democracia para la construcción de caminos de paz”, de lo contrario, la “espantosa” violencia continuará contra las familias de las 40 mil víctimas –inocentes-culpables- que han sucumbido en la guerra que el Estado declaró a la falta de educación, empleo, salud, entre otras alternativas para las miles de familias que ven como única opción al crimen, como en su más reciente visita a México lo señaló el ex presidente de Brasil, Lula da Silva: en México el crimen se convirtió casi en una forma de generación de empleo.

El comandante en jefe de las fuerzas armadas de México, licenciado Felipe Calderón, no reculo ni un ápice en su lucha contra el crimen, como ahora sobretítulo a lo que antes llamaba guerra, pues después de escuchar el indómito discurso del poeta, lo calificó de insensato advirtiéndole que “su conclusión”, por muy épica que fuese, “está equivocada” porque la violencia no tiene nada que ver con las fuerzas de seguridad sino con los criminales, quienes –cabe señalar-  también son ciudadanos mexicanos y tienen derechos constitucionales, como la educación, vivienda, empleo, entre otros cientos más, menos la muerte.

Gabinete de impunidad

Sicilia espetó frente al secretario de Gobernación, Francisco Blake; de la PGR, Marisela Morales; de Educación, Alonso Lujambio;  de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y del mismo Calderón, que la estela del gobierno en turno está marcada por la impunidad de las familias LeBarón, Reyes Salazar, guardería ABC, y miles más que han sido victimizadas y abandonadas en la búsqueda de justicia, por ello –dijo- aceptaron la reunión para exigir que el gobierno reconozca su deuda con los desaparecidos y pida perdón.  Empero, el encargado del Ejecutivo federal, FCH, acostumbrado a las campañas de desprestigio aseveró que durante años (PRI) se acumuló un poder de corrupción, miedo y costumbre que carcomió las paredes de los hogares hasta derribarlas, y, que la situación que hoy se vive en México sólo es comparable a la acumulación de energía de un volcán que acaba de estallar; claro, con mucha sangre y fuego de por medio.

Continuó:

El cambio que se dio en los últimos años en la manera de operar del crimen organizado fue lo que detonó los niveles de violencia que existen, pues del trasiego de droga a los Estados Unidos, se pasó a la comercialización en el país (narcomenudeo).  Ecuación cierta, pero se le olvido citar algunos párrafos más del artículo del ex guerrillero salvadoreño Joaquín Villalobos, publicado en El País el pasado martes: el crimen organizado también corrompe al Estado, y cuando alcanza su máximo desarrollo económico busca ser socialmente aceptado como nuevo rico. Por cierto, un último informe publicado en Nueva York reveló que en los últimos años el número de ricos en América Latina aumentó en un 6.2 por ciento, México incluido entre los “afortunado$”. Sin embargo, la estadística de la realidad es más empobrecedora.

El poeta en su última intervención exigió mayor educación y posibilidad de oportunidad para los jóvenes, equiparada al presupuesto que en el último año se le asignó a las fuerzas de seguridad, sobre todo, a la policía federal, que fue el más alto, para tener armas eficientes que impidan la migración y violencia, como lo hizo Lula da Silva en Río de Janeiro-Brasil, con educación, empleo, cultura y perspectivas de vida.

Un México de silencio

El evento fue inaugurado con un minuto de silencio por las miles de víctimas del último sexenio. Otro silencio lo encabezo hace dos días un diario en Veracruz por la muerte dos de sus colaboradores. ¿Cuántos silencios más serán necesarios para no ser víctimas del ruido de las balas?

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