miércoles, 1 de junio de 2011

Fin de “El Equipo”

La simulación de la muerte de dos de los personajes principales de la serie El Equipo, Santiago y Mateo respectivamente, fue la vertiente que desde un inicio marcó la farsa percepción que se pretendió crear en México entorno a sus policías, quienes en la realidad tienen que sortear los abusos y complejidades del mismo sistema burocrático al que sirven, garantizando su integridad, junto con sus necesidades, en la complicidad del crimen organizado y la extorsión.

La embestida crítica a El Equipo sólo le permitió mantenerse al aire durante tres semanas, no obstante de su costosa producción de 150 millones de pesos -según fuentes de la revista Proceso-, que fueron despilfarrados en el mantenimiento de unidades e instalaciones oficiales para el uso de actores de Televisa, como se hace presente en una escena de la última transmisión de la serie, donde aparecen a cuadro tres modernos helicópteros para la presunta aprehensión de un capo apodado El Gordo Paleta, con aspecto físico de un colash entre los últimos detenidos por la SSP, implicados –según- en la ejecución de jóvenes en Cuernavaca-Morelos.

Cabe señalar que en la página Web de El Equipo sólo se da espacio a los mensajes de texto que exaltan la “excelente y eficaz” producción de la serie, que en su sinopsis señala ser “Una producción inspirada en hechos reales”, donde el bien siempre impera sobre el mal.

“Balazos de tequila” e ironía

Los alucines de Calderón también se hacen presentes en la producción lunática. Recordemos sus recientes declaraciones enalteciendo la seguridad del país con la visita de los spring breakers, quienes en su instancia en México sólo se llevaron “balazos de tequila”. En el guión de El Equipo aparece un periodista que escribe sobre cosas buenas y malas del país, como Calderón –dijo- lo hubiera hecho en su periódico “Balance”, de no haber hurtado la presidencia. El periodista en mención, previo al final de la transmisión, concluye su letanía informativa con la siguiente PANacea: “los malos son lo que se burlan de todo”.

Terrorismo

A pesar de que Televisa instalo un moderno equipo de grabación en las recientes y modernas instalaciones de la SSP, en la delegación Iztapalapa, para difundir escenas grabadas en ese sitio, cuando un servidor tomaba algunas fotos para la ilustración del presente, dos uniformados fueron alertados de mis actividades terroristas, por comerciantes ambulantes. De inmediato los policías me interceptaron con armas de alto calibre en mano, para solicitarme que me identificara. Hice lo propio con mi IFE. Enseguida los uniformados me advirtieron del riesgo de tomar fotografías a sus instalaciones porque “está prohibido” difundir imágenes de su centro de inteligencia por razones de seguridad. Mostré mi cámara con imágenes de otros lugares que había retratado, y al fin los convencí para que me dejaran marchar.

Al final, la conclusión de la serie, es como el cuento de El coco de Dino Buzzati, publicado en Las noches difíciles: tratar de convertir una realidad que atemoriza a niños, adolescentes y adultos, en fábula o ilusión, para hacer menos tormentosa la presencia del monstruo, que ni con los balazos del Estado sucumbe, por el contrario, “nunca jamás dará tregua”.

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