La ignominia de Texas

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Mañana (07/07/11) en punto de las 6 de la tarde se tiene programada la ejecución (una más) de un compatriota en el estado de Texas. El motivo: la presunta violación y asesinato de una menor de 16 años de edad en los Estados Unidos en 1994. Fecha desde la cual ha permanecido en prisión.

La defensa del mexicano Humberto Leal advierte que las autoridades de Texas rechazan las pruebas de ADN del connacional, que podrían dejarlo en libertad del delito que se le imputa, basado en evidencias sobre “marcas dentales (mordidas)”, consideradas como “ciencia basura”, ya que en el 63 por ciento de los casos, el resultado de éstas ha resultado falso, según investigaciones científicas.

Cabe señalar que el mexicano de 38 años, ahora programado para privarlo de la vida, fue violado por el sacerdote de la iglesia a la que acudía cuando tenía 10 años de edad, en el mismo país y estado que ahora quiere aplicarle una inyección para dormirlo de por vida, sin considerar las severas consecuencias psicológicas que le causó el proxeneta de túnica oscura-clara que vive, o viven, al amparo de la iglesia.

En sus declaraciones, Huberto Leal, originario de Monterrey, admitió haber convivido con la menor momento antes de su muerte, empero, negó que él haya sido el responsable. Además, al momento de su detención, su defensa argumentó que se violaron sus derechos internacionales por no ponérsele en contacto con el consulado mexicano o informarle que tenía derecho a contactar con éste.

A pesar que la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la ONU y diferentes países como Brasil, Honduras, El Salvador, Suiza, entre otros, incluso la propia Casa Blanca y decenas de organizaciones sociales, se han sumado a la protesta en contra de la pena de muerte del mexicano en Estados Unidos, la Junta de Perdones en Texas sigue ignorando la clemencia de Huberto Leal, familiares, amigos, desconocidos y naciones, por sus leyes estatales que –según- lo amparan.

La ignominia de las autoridades en Texas me rememora a la obra Las intermitencias de la muerte, del escritor portugués, recién fallecido, José Saramago, donde desmembrana el factor psicológico y físico de los mortales que son notificados de su muerte ocho días previos a ella, mediante un sobre en color llamativo que contiene la inapelable decisión de la huesuda. Sin embargo, el caso del compatriota Humberto Leal no es ficción como la novela de Saramago, y en un acto altruista la página de internet democracia en movimiento está recaudando firmas para solicitar al gobernador de Texas, Rick Perry, que suspenda la ejecución del mexicano, como José Saramago, en experimento de ficción también lo hace en su obra arriba citada, para tener un mundo sin muertes, hasta que las condiciones naturales lo decidan.

La solicitud de clemencia al estado de Texas, encabezada y dirigida por la defensora de Humberto Leal, Sandra Babcock, puede consultarse en la página de internet que recientemente fue habilitada: http://http://www.humbertoleal.org//, donde en la parte inferior derecha se puede leer en español dando clic sobre la leyenda Read the Spanish press reléase (DOC).

Y, para sumarse a las rubricas para detener la ejecución del Humberto Leal, inmigrante, como muchos otros amigos, familiares, conocidos y desconocidos que han zarpado del enclavado México a otras naciones para buscar las necesidades básicas que el Estado mexicano se ha negado a otorgar, firme en la siguiente página: http://salsa.democracyinaction.org/o/1265/p/dia/action/public/?action_KEY=7036.

A pesar que la familia del compatriota Humberto Leal se siente “abandonada” y “decepcionada” por la negligencia de las autoridades mexicanas en el caso, los millones de mexicanos que vivimos y sentimos el día a día en nuestra nación, podemos brindar un poco de cobijo y esperanza en el derecho más básico de todo ser humano: la vida, antes de que Humberto cumpla con su último deseo que los gringos le impusieron pedir: comer tacos con salsa mexicana y pollo frito.

El Premio Nobel, José Saramago, previo a su muerte en el 2010 refirió:

“En el fondo, todos tenemos necesidad de decir quiénes somos y qué es lo que estamos haciendo, la necesidad de dejar algo hecho, porque esta vida no es eterna y dejar cosas hechas puede ser una forma de eternidad”.